[ad_1]
Todo va como la seda para el Madrid en Unión. Se ha superado el línea del campeonato y no encuentra obstáculos que dificulten su camino. Sólo ha perdido un partido, frente al Gimnástico de Madrid en el Metropolitano. Han pasado cuatro meses desde aquello, recordatorio de la pujanza del equipo, que camina con un promedio cercano a los 100 puntos si mantiene este ritmo hasta el final. En Getafe jugó con autoridad y ligereza, sin concesiones. De los goles se ocupó Joselu, que ha terminado con el debate. Funciona, y muy adecuadamente, en el Madrid.
El Getafe ofrece novedades esta temporada. Durante primaveras se caracterizó por su rigor y aspereza, la secante defensiva muy adelantada, el balón prolongado, las posesiones cortas y las escasas intervenciones de su zaguero. Al ámbito del Getafe se llegaba muy poco. Su 4-4-2 resultaba torturante para los rivales.
Su interpretación contemporáneo es diferente, menos agreste y más querida, en buena parte porque ha fichado estupendos jugadores de ataque. Bordalás intenta sacar el mejor partido de la nueva existencia de la plantilla, con un buen rendimiento hasta ahora. La incorporación de Greenwood, que ofrece aquí y allá razones de toda la triunfo que adquirió en el Manchester United, ha elevado las prestaciones del equipo.
Es un Getafe que no ha perdido algunas de sus esencias, pero resulta más atractivo. Solo en las últimas semanas ha ofrecido señales preocupantes. Eliminado por el Sevilla en la Copa, ha perdido poco de gas. En cualquier caso, el Getafe es la clase de equipo capaz de poner en dificultades al Madrid, aunque su histórico de resultados en los enfrentamientos es muy desfavorable.
El Madrid escasamente encontró problemas para imponerse. Entró en el partido con energía, buen solaz y oportunidades. Joselu relevó en la titularidad a Rodrygo, fatigado en este momento de la temporada. La respuesta del curtido punta fue ejemplar. Esta vez no aprovechó, solamente, su reconocida ingenio en el solaz etéreo. Además marcó con el pie, un cifra que dice menos de los remates que la categoría de las definiciones: seguras, certeras, sin asomo de dudas.
Joselu, que se ha pasado la vida entre equipos que vivían al borde del descolgadero, juega ahora en un equipo que pretende aventajar todo lo que encuentra por el camino. Su producción supera ampliamente las expectativas, pero lo más interesante es la sensación que traslada. Se encuentra cómodo entre cracks reconocidos y se ajusta perfectamente a las micción del Madrid. No es un factor extraño ni en la columna, ni en el plan de solaz.
Ha afectado 13 goles, siete de ellos en la Unión, en los 31 partidos que ha jugado esta temporada. Atravesó por una destello de sequía, pero remontó y ahora ofrece una interpretación inmejorable. Ya no se le escruta en cada partido. Se le acepta como un punta capaz de una muy considerable contribución al Verdadero Madrid.
Joselu firmó los goles en una oscuridad sin contratiempos para el Madrid. Sólo se inquietó en una breve escalón del segundo tiempo, tan pasajera que el partido regresó a su estado precedente: superioridad del Madrid, veloz y poderoso en sus transiciones, eficaz en la defensa, totalitario siempre. Un equipo perfectamente engrasado que tiene enfrente los dos últimos obstáculos en su ruta en dirección a el título. Se enfrentará al Gimnástico de Madrid y al Girona, su sorprendente compañero de alucinación en esta Unión, que puede decidirse mucho antiguamente de lo imaginable.
[ad_2]
Source link