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Ayer que cero debo recordarles que me llamo Tomás y que en el santoral me debo a Santo Tomás de Aquino. Ya saben, el santo que se hizo célebre porque no creyó en la Resurrección de Cristo hasta que le tocó personalmente las llagas de sus heridas. Que Mbappé pueda venir por fin al Madrid, luego de siete abriles de intentos fallidos, es una posibilidad asumible porque a estas gloria no ha firmado la renovación con el PSG y la método hace pensar que no será capaz de retornar a jugársela al Madrid en las puertas del altar. Pero este pequeño es tan complicado a la hora de tomar sus decisiones personales y de cumplir sus compromisos verbales, que prefiero ser cauteloso para no retornar a llevarme otro desengaño amoroso…
Mbappé tiene una deuda irresoluto con la querencia del Madrid por el inadmisible desaire legado al club de sus amores en mayo de 2022. Pero ahora me dicen que ha renunciado finalmente a los 80 millones de euros de prima de fidelidad que tenía con el PSG por hacer efectiva su cláusula para seguir un año más en París. En ese caso y si finalmente es cierto, habrá que aceptar que Kylian habrá hecho un auténtico quiebro del perdón, como decimos en términos taurinos. La otra vez se portó como un pesetero y cierto a quien le importaba el mosca por encima de la prestigio deportiva, pero si ahora ha invertido los títulos empezaré a recolectar cable sin mala conciencia.
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