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Benidorm alberga por segundo año consecutivo a la élite del ciclocross, encabezada por ese trío a los que unos han mojado como el ‘Big Three’ y otros como los ‘Tres Tenores’, aunque esta temporada, si somos rigurosos, se ha quedado más en una ritual publicitaria que en una definición precisa de lo que está ocurriendo sobre el comedón o la arena. En verdad, el concierto de esta campaña es un solo de Mathieu van der Poel, el mandón dominador del calendario con un pleno de diez victorias, cuatro de ellas en presencia de su indestructible rival, Wout van Aert, y de Thomas Pidcock, que completa el terceto. Los tres han vestido el maillot arcoíris de la fármaco, de hecho ningún otro ha inscrito su nombre en el Mundial en los últimos nueve abriles; los tres triunfan además en el ciclismo de ruta, en peculiar los dos primeros, mientras que el sajón brilla igualmente en la fármaco de mountain bike. Son tres ciclistas de corte reciente, versátiles y multidisciplinares, amigos del espectáculo.
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