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Alejandro Balde parecía haber perdido las alas. Se quedó sin turbo. Si bien la temporada pasada fue una de las revelaciones y dio sentido al cambio táctico de Xavi, en este inicio de campaña no había logrado mantener la continuidad. El Barcelona visitó Salamanca para disputar un partido incómodo en el que tenía muy poco que ganar. Balde eligió un escenario tan complicado como este para dar un paso adelante.
El lateral fue uno de los futbolistas más destacados del encuentro. En lo futbolístico, siendo capaz de desplegarse a campo abierto y quirúrgico en el centro, y en lo anímico, sacando su espíritu competitivo. “Si es que es imparable…”, valoraba Xavi en la rueda de prensa después de pasar a la siguiente ronda. El entrenador picó a Balde y este se reencontró con su mejor versión.
“Está recibiendo sus primeras críticas, es joven… Se tiene que rebelar”, espetó el técnico. “No siempre estarás de diez, a veces estarás por debajo y no pasa nada. Esto es fútbol, es la vida“, concluyó Xavi. Como muchos de sus compañeros, Balde había pegado un bajón de rendimiento durante este curso.
Existen dos Baldes bien diferenciados. El primero es un carrilero que vive al inicio de una pista de despegue. El segundo es un extremo que vive cerca del área y no tiene metros para volar. Ahí se estanca. El gol detalla el potencial que tiene: se proyecta con fuerza y en carrera es imparable. En la definición, potente y arriba, soltó toda la rabia acumulada.
Una de las diferencias principales es la altura a la que recibe Alejandro Balde. En el sistema base de Xavi, el canterano lo hace muy arriba y abierto, en un aclarado que lejos de beneficiar sus virtudes, resalta sus carencias. Con el rival ya asentado, su cambio de ritmo no encuentra espacio para arrancar, y sus centros están lejos de ser diferenciales a día de hoy. Ahí hay una clara mejoría, porque si Balde empieza a sumar en ese apartado, su capacidad para incidir en el marcador crecerá exponencialmente.
En la jugada del gol, hay dos detalles que marcan la diferencia. El primero es que Gündogan, el interior de ese perfil, estaba abierto, lo que le aclaró la diagonal hacia dentro. El segundo, que recibió lejos del área rival, por lo que el cambio de ritmo podía despegar. Una vez vio el espacio y con su primer paso demoledor, Balde hizo lo que mejor sabe; romper por potencia y velocidad a su par, trazando una diagonal poderosísima que culminó con un disparo que tiene que ir sumando a su libreta. De hacerlo, su techo será otro. Más alto.
Las visitas de Cancelo a la banda izquierdo
Xavi y la secretaría técnica cocinaron el Barça 23/24 ubicando en el mapa a Balde como titular. Quedaban como alternativas Marcos Alonso y el comodín de Iñigo Martínez, que permitiría a los blaugrana cerrar con tres centrales. Con la incorporación de Cancelo, petición de Xavi y en un primer momento pensada para solucionar los problemas del lateral derecho, también se contempló que jugara puntualmente en el costado zurdo.
Cuando Xavi movió la pieza de Cancelo al lado izquierdo, Balde sintió la etiqueta de titular podría caerse. De hecho, en dos partidos importantes como fueron las visitas de Atlético de Madrid y Girona a Montjuïc el canterano fue suplente. En ambas ocasiones, Joao fue el elegido en la zurda.
“Siempre hay altibajos en la carrera de un futbolista y me ha tocado vivir uno. Gestionarlo con el trabajo diario, buscar soluciones y al final siempre llegan las buenas sensaciones“. Lo reconoció Oriol Romeu al final del encuentro y bien podría haberlo comentado sobre Balde. Las suplencias fueron una advertencia para el lateral, a quien Xavi ha logrado volver a sacarle su mejor rendimiento.
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