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La situación presente del Sevilla sigue condicionando la hoja de ruta marcada desde el inicio. La victoria en Vallecas ante el Rayo, sólo ha aliviado momentáneamente a la entidad que mira con curiosidad y poco de inquietud, el duro calendario que tiene por delante. Es por ello que se ha tomado la valentía de esperar al mes de junio, una vez finalizada la temporada, para atreverse el futuro de aquellos que terminan arreglo. Entre ellos se encuentra la epígrafe más importante que ha cedido el club, Jesús Navas.
Por todo lo que representa, el caso de Jesús es muy peculiar. Su entorno aguarda con sigilo esa convocatoria del club que inicie las negociaciones para su continuidad. Dos cosas tienen claras. El palaciego quiere seguir a día de hoy jugando al fútbol y no quiere que su futura continuidad no lleve consigo que esté preparado para tener cierta continuidad. Es opinar, el colateral no quiere que su trayectoria en el Sevilla termine (ojalá interiormente de algún año más) siendo residual para su preparador.
Desde el club prevén que no será un problema resistir a un acuerdo. La última renovación de Navas supuso por méritos propios un incremento en su salario y es ahí donde están convencidos de que se logrará resistir a un acuerdo para adecuarlo a la situación que tengan los andaluces para la subsiguiente temporada (sin Europa) y a su estado presente interiormente del equipo.
Ramos y Oliver, otros dos casos
La llegada de Sergio Ramos al cierre del mercado de verano significó una desafío arriesgada interiormente del club. Sin la aprobación plena de la dirección deportiva, con las dudas notables de cómo lo encajaría la inclinación y sin ganancia de maniobra, se llegó a un acuerdo rápidamente en cantidades muy por debajo de lo que le ofrecían al camero en lugares más exóticos.
Sergio cumplió su deseo y eso prevaleció en presencia de cualquier interferencia contractual. No hubo demasiado que negociar y así se lo dijo a su hermano y agente, René Ramos. El central acumula más de 1.900 minutos en todas las competiciones y tan sólo Lucas Ocampos, Gudelj, Rakitic y Pedrosa han jugado más que él. Es por ello que mantiene viva su ilusión por permanecer en su casa pero renegociando al acrecentamiento algunas cláusulas del arreglo.
Rakitic quiso retener las intenciones del club
Iván Rakitic ya se encuentra en Arabia disputando sus primero minutos con el Al Shabab. El croata ya explicó en sala de prensa el día de su despedida que tomó la valentía tras conocer cuál era la intención de Quique Sánchez Flores en cuanto a su rol interiormente del equipo. “Me veía capaz de ser titular indiscutible. Los jugadores no tenemos que entender todas las decisiones, sino aceptarlas. Y la idea del nuevo preparador no es la misma que la mía”, dijo es su despedida.
Pero por otra parte de conocer el presente, el medio quiso palpar igualmente qué intenciones tenía el Sevilla para el año próximo, ya que su arreglo expiraba el próximo verano. La respuesta no fue la deseada y los sevillanos le citaron para el final de temporada aunque le mostraron dudas sobre una posible ampliación contractual. Con todo ello, Rakitic tomó la valentía ya sabida y puso punto y final a su segunda etapa en Nervión.
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