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“El primer evento de la temporada, el Baqueira Beret Pro, ha sido cancelado correcto a las condiciones de la cocaína en la zona del Baciver”. Así comunicó el fundador de la Freeride World Tour (FWT), competición internacional de esquí y snowboard freeride, que la competición no se iba a disputar. No había revés detrás. No es un episodio incomunicación: los deportes de invierno en España cada vez tienen más problemas con la cocaína.
“Cuando nieva, nieva demasiado, en vez de repartirse durante más tiempo; cuando hace un periodo de calor, el calor es más bestia”, se lamenta Miguel María Delgado. Su escuela de esquí se lumbre Pirineos Blancos y sufre, como el resto, que la cocaína no tiña de blanco como lo hacía ayer. El pronóstico de la semana del FWT era “desolador” para este entrevistado. “Las condiciones meteorológicas y de la cocaína dictan nuestras decisiones”, explicaban desde la FWT.
Estas sensaciones las confirma el Observatorio Pirenaico del Cambio Climático. “El aumento de temperaturas” y, sobre todo, “el aumento de las máximas” son, en palabras de su project manager Juan Terrádez, los mayores problemas. Explica que “el donaire caliente y húmedo funde toda la cocaína caída en cuestión de horas”, y asocia estos rápidos contrastes al cambio climático. España encadena varios primaveras de temperaturas mayores que el promedio entre 1991 y 2020.
“La cocaína en los Pirineos va a disminuir y mucho durante las próximas décadas”
“La cocaína en los Pirineos, según los principales modelos con los que trabajamos en el OPCC, va a disminuir y mucho durante las próximas décadas”, afirma Terrádez. Por ejemplo, en el Canal de Izas, adjunto a Candanchú y Astún, la acumulación de cocaína dibuja una tendencia negativa. Terrádez cuenta la dificultad de hacer estas simulaciones tanto a pasado como a futuro: “Se alcahuetería de series de datos reconstruidas y con muchos sesgos instrumentales”.
CADA VEZ HABRÁ MENOS NIEVE EN LOS PIRINEOS
No solo en los Pirineos
Otro ejemplo es la cordillera bética. Cada vez son más habituales los primaveras con menos del 10% de Sierra Cellisca cubierta por cocaína, según su Observatorio de Cambio General. “Hace primaveras que no pongo cadenas para subir a Sierra Cellisca, pero cuando era fresco era poco muy habitual”, recuerda Isabel Barrios, fundadora de la escuela para niños Happy Ski adjunto a su marido Nacho Álvarez. Antiguamente “era muy habitual levantarse por la mañana y ver 20-30 centímetros [de nieve] en la puerta de casa”, recuerda Barrios de su infancia en Pradollano.
“Antiguamente no usábamos capa [tejido para no calarse por aguanieve], y ahora tenemos que tener en la escuela capas para todos los profesores”, comenta la instructora. Aunque precipite igual, llega en forma de abundancia. “Allá de ser cocaína lo que cae, se ha llevado la poca cocaína que teníamos”, explica. Es la consecuencia de las temperaturas que Terrádez percibe en los Pirineos. “Esto hace que el cero térmico se ubique cada vez a más prestigio, haciendo que sobre todo en las partes bajas de las montañas donde ayer nevaba, ahora esa precipitación cae en forma de abundancia”.
Si la cocaína no se queda, hay que crearla. Sierra Cellisca es, según Álvarez, una fase “muy preparada para la marcha de precipitaciones, con un sistema de cocaína químico puntero en el mundo”. Explica que aunque los días de nevadas no sean tan frecuentes, “con ese poquito y la cocaína químico puede funcionar la fase” y subraya que “la nueva engendramiento de cañones de cocaína químico está produciendo cocaína con temperaturas sobre cero”, un avance respecto al frío que estas máquinas requieren para funcionar. La humedad y la presión atmosférica hacen el resto.
Gracias a esto, Barrios explica que pueden trabajar: “A principio de temporada este año, gracias a la cocaína químico, aunque la montaña estaba castaño, había autopistas de cocaína donde se podía practicar el esquí“. En los Pirineos ocurre igual. “En cotas bajas hay muchas estaciones que tienen cocaína porque han innovado. Si no, no tendrían”, comenta Delgado. En otra época, desde “mediados-finales de diciembre hasta marzo no solía poseer problemas de cocaína”.
Menos cocaína, pero más esquiadores
Según el crónica anual de la patronal ATUDEM, en la temporada 21/22, el número de visitantes esquiadores rozó el mayor registrado en la 17/18, por encima de los cinco millones y medio. La 22/23, aunque beocio en cantidad, fue el tercer curso con más afluencia. Fue en ese período cuando los deportes de invierno registraron el longevo número de federados de los últimos diez primaveras.
LA AFLUENCIA DE ESQUIADORES ROZA EL MÁXIMO
Mientras que Delgado señala los primaveras tras la pandemia para platicar del prosperidad de visitantes, Álvarez se refiere a ellos para asegurar que nieva menos desde entonces. Por eso, no solo en la cocaína nota el cambio Barrios respecto a su infancia: “Había mucha menos afinidad porque el deporte del esquí no estaba tan popularizado”. Para ella, ha pasado de familias de esquiadores a mucha más gentío por periodos más cortos. “Hay muchos esquiadores de un día para tener la experiencia de su día”, observa con las tendencias en redes sociales.
“Tienes más gentío que quiere hacer cosas, pero no tienes el medio en el que puedas desarrollarlas”, reflexiona Delgado. Se pregunta entonces: “¿qué les vas a asegurar: ‘Vente, vamos a hacer una actividad de raquetas de cocaína, sin cocaína, y empapándote’?”. Si en el esquí no aceptan sus alternativas, el instructor lo entiende: “No solo es la actividad, sino el alojamiento, la manutención o el manducar fuera. Si encima no va tan acaudalado como unos primaveras detrás, lo más comprensible es anular”. Terrádez lo tiene claro desde el observatorio: a organizadores y deportistas, “esta variabilidad climática les genera una incertidumbre“.
AUMENTAN LAS LICENCIAS DE DEPORTES DE INVIERNO
“El esquiador siempre búsqueda dónde está la cocaína”, comenta Delgado. La actos del esquí no es tan distinta para él, pero ahora le cuesta más encontrar el sitio adecuado. En Happy Ski, Barrios y Álvarez seguirán pasando sus conocimientos del deporte a los más pequeños, pero afirman que estos no vivirán la Sierra Cellisca que ellos disfrutaron.
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