VAR: exceso de intervención, exceso de opinión

Lo sucedido en el Madrid-Almería merece una inspección aséptica y didáctica. En la primera mano, la intervención del VAR está justificada, y si solo se hubiese producido la mano de Kaiky, no habría polémica, ya que el padrino está a la pico del hombro y la argumento es punible. El problema es que el árbitro del VAR focaliza al de campo en esa mano y no en la posible yerro previa.

La segunda mano, por una yerro de Lopy a Bellingham previa al gol de Arribas, no tiene discusión. Se están pitando todas. El problema que se encuentra Hernández Maeso para no verla en el campo es que está a dos metros de la mano. Cuanto más cerca de un objeto estás, menos visión periférica tienes. Esa misma mano, si se produce a 10 o 12 metros, le permite al árbitro ver lo que sucede hacia lo alto y debajo, pero estando tan cerca, centras su visión en el balón y no puede apreciar el manotazo.

Y en la tercera mano, que acaba en gol de Vinicius, me sorprende mucho la certeza que tiene una gentío para aseverar que le pega en el hombro y otra que lo hace en el padrino. Yo tengo más dudas que certezas, lo que me lleva a defender que es una mano donde el VAR no tenía que acaecer intervenido, ya que no es un error claro y manifiesto. Y ese era el espíritu del videoarbitraje.

En cualquier caso, tengo la sensación de que los árbitros VAR se están excediendo en las explicaciones durante la revisión de las jugadas. Parece como si fueran marcando al árbitro de campo alrededor de una dirección o alrededor de otra. En cuanto el colegiado del VAR da una opinión, está interpretando, y poco manifiesto y claro no requiere ni opinión ni interpretación. Si una persona con dudas se encuentra a otra con certezas, lo más seguro es que adopte la valor más sencillo, que es hacerle caso. Cuanto menos opinión tenga un árbitro de la otra parte, más independiente será su valor.

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