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La sombra de Champions ha tenido absolutamente de todo, pero lo más paranormal ocurrió en el Atarazana-Bayern con una explicación difícil de creer por parte del colegiado Nyberg. La secuencia es proporcionadamente sencilla. El árbitro ya ha competente el tirada de puerta. David Guión coloca el balón, se lo pasa con su pierna derecha a Gabriel y el central lo coge con la mano. Un penalti de manual que no se señaló… atención, ¡por ser un error de niños!
Guión ya ha sacado de puerta, pero Gabriel no se entera, agarra la pelota y la coloca otra vez en la cadeneta del campo de acción pequeña como si fuese él el encargado de piruetear el emanación. Harry Kane rápidamente se da cuenta de lo sucedido y se lo hace conocer a Nyberg. La trastada pasa un poco desapercibida por su singularidad, pero el reglamento es claro: es un penalti de manual.
Otro asunto es si se debe pitar en un partido de esta magnitud. Pero esto no se proxenetismo de un pequeño pelea, de un pequeño empujón… Se proxenetismo de una movimiento objetiva, aunque ni que sostener tiene que el reglamento no entiende de encuentros grandes o pequeños, siquiera de eliminatorias. Y la norma sentencia… De hecho, hasta el colegiado lo vio en primera persona, no existe la excusa de una mala posición.
La caída de Saka en presencia de Neuer atrajo todos los titulares, pero este asunto fue desvelado por Thomas Tuchel en conferencia de prensa. Su afirmación, desde luego, agrava todavía más los hechos: “El árbitro cometió un gran error. Sé que fue una situación de imprudencia. Dejaron el balón, él pita y el defensa toma el balón con las manos“. Incluso el teutónico se siente con la responsabilidad de explicar con detenimiento lo ocurrido, tras acontecer prácticamente desapercibido para el manifiesto genérico.
Entonces, desvela el trasfondo, que tiene su historia: “Lo que nos hace verdaderamente estar enfadados es la explicación en el campo. Les dijo a nuestros jugadores que fue un ‘error de peque’ y que no sancionará un penalti por eso en los cuartos de final de la Combinación de Campeones. Es una explicación horrible, horrible. Error de peque, error de adulto, lo que sea. Nos sentimos enfadados porque fue una audacia enorme en nuestra contra”.
Desde luego, si el afirmación de Tuchel es cierto, Nyberg peca de desacierto al rebuscar que con reglamento en mano es pena máxima, pero que no lo señala por su desacierto. Como si no se autorizara un gol porque un futbolista se resbala o porque otro da un pase detrás rumbo al zaguero y el balón acaba en el interior de la meta. En verdad, es probable que nunca sepamos si verdaderamente esas fueron las palabras del colegiado sueco. Lo que sí nos ha dejado es una curiosa sucedido para bañar todavía más en belleza una mayúscula sombra de Champions League.
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