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Empieza a no ser informe ver a Modric en el banquillo durante los 90 minutos de los partidos. Ancelotti, que siempre fue un gran director de Bienes Humanos, está siendo muy manifiesto con el croata hasta el extremo de explicar que en algunos encuentros ni siquiera caliente en la manada: “Por respeto a su trayectoria, si luego no le voy a sacar no le puedo tener calentando”. Lo que me duele es eso, que ya no podamos verle ni siquiera 15 minutos en un ámbito como, por ejemplo, el de la Champions en Leipzig el martes. Sabíamos que este momento iba a resistir, como les llegó en su día a Santillana, Butragueño, Míchel o Raúl. Pero cuesta mucho, mucho, mucho, mucho…
A Modric le sigo viendo para competir con dignidad a pesar de que el contemporáneo Madrid marcha a siete velocidades con concurrencia como Camavinga, Valverde o Bellingham. Luka fue y es tan bueno que un poco del croata sigue siendo caviar. Y físicamente ya le vimos perfectamente en la Nations League con Croacia, prórrogas incluidas.
Pero Luka es muy honesto. Ya dijo que sólo renovaría si viese que es útil y necesario para el equipo. Quizás por eso Ancelotti está siendo tan directo con él. No entra en el esquema 2024-25 y de esta guisa no habrá equívocos. Luka se merece un homenaje mundial en el Bernabéu en mayo. Cartel blanca.
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