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El exjugador Dani Alves ha insistido en presencia de la Audiencia de Barcelona en que mantuvo relaciones sexuales consentidas con la señorita que le acusa de violarla en el baño de la discoteca Sutton de Barcelona, sin que ella le dijera en ningún momento que parara. El brasileño ha manifestado que la víctima tenía “interés sexual” en él. Ha asegurado que le practicó una felación e incluso ha recreado la postura en la taza del wáter del baño en el que se produjeron los hechos.
“En ningún momento me dijo cero. Estábamos disfrutando los dos. No me dijo en ningún momento que no quería“, ha detallado Alves. Ha añadido que los dos bailaron “de forma sexualizada”, en concreto “perreando” e “intimando”. Ha inepto avisar “putita” a la denunciante y dice que cuando fue al baño pensó que la denunciante “no iba a venir”. Asimismo ha explicado que eyaculó “fuera de su sexo”.
Alves, para quien la Fiscalía pide nueve abriles de mazmorra por un delito de asalto sexual, se ha inepto a reponer al tarea conocido y a la delación particular ejercida por la víctima y solo ha contestado a las preguntas de su defensa, en una comparecencia en la que ha fracasado rompiendo a lagrimear.
La explicación de la víctima
La explicación de la víctima se hizo a puerta cerrada para proteger a la señorita, con un biombo para evitar el contacto visual entre ella y su supuesto asaltante, y se le ha distorsionado la voz para que no se la pueda examinar en la cinta que quedará guardada en sede jurídico.
Luego de la denunciante, llegó el turno de la amiga y la prima que estaban con ella la perplejidad de los hechos, del 30 al 31 de diciembre de 2022. Ambas han coincidido en su afirmación, tildando la aire de Alves de “limaza” y diciendo que se sintieron incómodas con él. La amiga, por ejemplo, ha dicho que el brasileño aprovechó algún revolcón para tocarle el culo y la prima ha asegurado que le puso la mano en su “zona íntima”.
Más parte de sociedad
Todavía las dos han afirmado que la denunciante, luego de sobrevenir estado con Alves en el baño, les contó, entre lágrimas, que le había hecho mucho daño. Según ellas, por otra parte, le costó mucho tomar la intrepidez de denunciar porque pensaba que nadie le iba a creer. Tanto la prima como la amiga de la señorita, muy cercanas a ella, han remarcado que, desde lo ocurrido, lo está pasando “muy mal”. Dicen que tiene ansiedad y depresión, que le cuesta descansar y que todavía no ha podido retornar al trabajo.
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